Traducción de Felicidad Martínez-Pais Loscertales
Cinco reglas para prepararte para el éxito
¿Has pensado qué
te gustaría estar haciendo de aquí a cinco años? ¿ienes claro cuál es tu
principal objetivo en tu trabajo en este momento? ¿Sabes qué quieres tener
acabado al final del día de hoy?
Si quieres que te
vaya bien necesitas establecer objetivos. Sin objetivos te falta una meta y una
dirección. Establecer objetivos no solo te permite asumir el control de la
dirección de tu vida, también te provee de un marco para saber con certeza si
de verdad te está yendo bien. Por ejemplo: tener un millón de euros en el banco
solo es una prueba de éxito si uno de tus objetivos es amasar una fortuna. Si
tu objetivo es practicar actos de caridad entonces guardarte el dinero se vuelve
en justo lo contrario de lo que para tí sería el éxito.
Para cumplir tus
objetivos, sin embargo, neceistas saber cómo establecerlos. No puedes decir
“Quiero…” y esperar que eso suceda. Establecer objetivos es un proceso que
empieza con una reflexión muy cuidadosa acerca de lo que quieres conseguir y
termina con un montón de trabajo duro para hacerlo de verdad. Entretanto hay
una serie de pasos bien definidos que valen para cualquier objetivo que te
propongas. Conocer esos pasos te permitirá formular objetivos que puedas
cumplir.
Las
cinco reglas de oro
1.- Establece objetivos que te motiven
Cuando fijes tus
propios objetivos es importante que te motiven: esto significa que sean
importantes para ti y que conseguirlos tenga su valor. Si tu interés por el
resultado es escaso o es irrelevante a la larga entonces las posibilidades de
que te pongas a trabajar para conseguirlo son escasas. La motivación es la
clave para conseguir tus objetivos.
Establece
objetivos relacionados con tus prioridades vitales. Sin este tipo de enfoque
puedes acabar con demasiados objetivos y muy poco tiempo para dedicarle a cada
uno. Conseguir objetivos requiere compromiso, así que para aumentar al máximo
las posibilidades de éxito debes tener cierta sensación de urgencia y la
actitud de “debo hacerlo”. Si no es así, es probable que estés desechando lo
que hace falta para hacer realidad el objetivo.
En cambio te hace sentirte disgustado y frustrado contigo mismo, y eso
sí que es desmotivador. Y puede que acabes en una actitud autodestructiva de “no puedo hacer nada, nada
me sale bien”
Consejo:
Para asegurarte de
que tu objetivo es motivador, escribe por qué es valioso o importante para ti.
Pregúntate “Si tuviera que compartir mi objetivo con alguien ¿qué le diría para
convencerle de que merece la pena?” Puedes ayudarte de este recurso si empiezas
a dudar de ti mismo o pierdes confianza en tu capacidad para lograrlo.
2.- Establece objetivos “SMART”
(inteligentes)
Puede que hayas
oído hablar de esta clase de objetivos. Pero ¿te aplicas la regla? Los
objetivos deben ser “inteligentes”. Hay muchas variantes, pero la esencia es
que los objetivos deben ser:
Specific, eSpecíficos (concretos,
no abstractos, claritos)
Measurable, Mensurables (que
se pueda decir con claridad si se ha conseguido o no)
Attainable, Alcanzables (realistas,
posibles)
Relevant, Relevantes (que
tengan valor e importancia para quien se los propone)
Time Bound, limitados en el Tiempo
(con un plazo de ejecución)
Establece
objetivos específicos.
Tu objetivo debe
estar claro y bien definido. Los objetivos
vagos o muy generales no son de ayuda porque no proporcionan la
suficiente dirección. Recuerda, necesitas objetivos que te marquen la ruta.
Hazlos tan sencillos como puedas para conseguir llegar a donde quieres
definiendo con precisión tu meta.
Establece
objetivos mensurables.
Incluye cantidades
precisas, fechas, para que puedas medir tu grado de éxito. Si defines un
objetivo solo como “reducir gastos” ¿cómo vas a saber cuándo lo has conseguido?
¿Al cabo de un mes si has bajado en un 1% o al cabo de dos años
cuando hayas
llegado al 10%? Si no puedes medir tus logros te perderás poder celebrarlo
cuano sepas que de verdad has conseguido algo.
Establece
objetivos alcanzables.
Asegúrate de que
es posible lograr los objetivos que te fijas. Si te pones un objetivo que no
esperas alcanzar, lo ùnico que conseguirás es desmoralizarte y desgastar tu
confianza. No obstante, resistete a marcarte objetivos demasiado fáciles.
Alcanzar un objetivo que no te cueste trabajo puede ser decepcionante como poco
o puede hacer que te dé miedo marcarte objetivos que conlleven el riesgo de no
alcanzarlos. Al marcarte objetivos realistas y que a la vez te supongan un
reto, alcanzas el equilibrio necesario. Esos son los objetivos que te exigen
subir el listón y que aportan mayor satisfacción.
Establece
objetivos relevantes.
Tus objetivos
deben ser relevantes para la dirección en la que quieres llevar tu vida y tu
carrera. Si tus objetivos van en esa dirección irás marcando el rumbo que
necesitas para continuar adelante y hacer lo que quieres. Si tus objetivos son
dispersos e inconsistentes desperdiciarás tu tiempo y tu vida.
Establece obetivos
con un límite de tiempo.
Tus objetivos
tienen que tener un plazo. De nuevo eso significa que sabrás cuando celebrar el
éxito. Cuando trabajas con una fecha límite aumenta la sensación de urgencia y
el logro vendrá más rápido.
3.- Escribe tus objetivos.
El acto físico de
escribir un objetivo lo hace real y tangible. No tienes excusa para olvidarlo.
Cuando lo escribas usa las palabros “Voy a…” en vez de “Me gustaría…” o
“Podría…” Por ejemplo en una empresa “Voy a reducir mis gastos de
funcionamiento en un 10% este año” en vez de “Me gustaría reducir mis gastos…”
El primer objetivo tiene fuerza y uno puede “verse” reduciendo los gastos, el
segundo carece de pasión y proporciona una excusa si uno descarrila.
Coloca tus
objetivos en un lugar visible para recordarte cada día lo que quieres hacer. En
la pared, en tu escritorio, la pantalla del ordenador, el espejo del cuarto de
baño o la nevera como recordatorio constante.
4.- Hazte un Plan de Acción
Este paso se omite
con frecuencia en el proceso de marcarse objetivos. Se concentra uno tanto en los resultados que
olvida planear los pasos necesarios. Al escribir los pasos y luego irlos
tachando conforme uno los va cumpliendo, uno se da cuenta de los progresos que
hace hacia el objtivo final. Esto es especialmente importante si el objetivo es
grande y exigente o extenso en el tiempo. Lee el artículo sobre Planes de acción
para más información sobre cómo hacerlo.
5.- ¡Persevera! ¡No lo dejes!
Recuerda que
marcarse objetivos es una actividad dinámica, no solo un medio para un fin. Ponte
recordatorios para seguir en la brecha y haz pausas regularmente para revisar
tus objetivos. Tu destino final debe ser muy parecido todo el tiempo, pero el
plan de acción que te marques puede cambiar. Asegúrate de que lo que haces
tiene su importancia, su valor y su necesidad.
Puntos clave:
Establecer
objetivos es mucho más que simplemente decir que quieres que algo ocurra. A
menos que definas clara y exactamente qué quieres y entiendas por qué lo
quieres en primer lugar, tus posibilidades de éxito se reducen
considerablemente. Siguiendo las cinco reglas de oro puedes establecer
objetivos con confianza y disfrutar de la satisfacción que da saber que has
conseguido lo que te propusiste.
Así que ¿qué vas a
lograr hoy?
2 comentarios:
Prima lo voy a poner en práctica y ya te contaré, me ha parecido muy interesante.
¡Venga!
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