Me he leído a la vez dos novelas que me han prestado. Una es César Imperator de Max Gallo, prestada por mi amigo Luis porque hablamos de novelas históricas y le comenté las de Robert Harris (que me gusta más). Después de un esfuerzo inicial la novela me enganchó. Quizás se me hizo pesada al principio por el estilo en tercera persona, muy propio tratándose de César, pero el personaje tiene mucha fuerza, y la época. Me gustó sobre todo la parte, extensa, en la que se narra la guerra de las Galias.
La otra novela, La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, me la prestó mi compañera Viera porque le dije que me gustaría leerla y, como ella la tenía, me la trajo al punto con esa eficiencia que la caracteriza. A ella no le había parecido gran cosa, yo sin embargo la he incluido en la categoría de libros "que no quieres que se acaben". Son esos libros que no puedes dejar de leer y que, conforme ves que te acercas al final, te entra como un puntito de angustia no se sabe si de pensar "a ver qué leo después" o de que los personajes se te van y te dejan sola después de haber intimado tanto.
Por ahí se recomienda para clases de filosofía. A mí me ha resultado conmovedora.
julio 2008
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